Roberto Arlt (Buenos Aires,
1900-1942)
He visto morir
“El condenado
camina como un pato. Los pies aherrojados con una barra de hierro a las
esposas que amarran las manos. Atraviesa la franja de adoquinado rústico.
Algunos espectadores se ríen. ¿Zoncera? ¿Nerviosidad? ¡Quién sabe! El reo se
sienta reposadamente en el banquillo. Apoya la espalda y saca pecho. Mira
arriba. Luego se inclina y parece, con las manos abandonadas entre las
rodillas abiertas, un hombre que cuida el fuego mientras se calienta agua
para tomar el mate. Permanece así cuatro segundos. Un suboficial le cruza una
soga al pecho, para que cuando los proyectiles lo maten no ruede por tierra.
Di Giovanni gira la cabeza de derecha a izquierda y se deja amarrar. Ha
formado el blanco pelotón fusilero. El suboficial quiere vendar al condenado.
Éste grita: “Venda no”.
”Mira tiesamente a los ejecutores. Emana voluntad. Si
sufre o no, es un secreto. Pero permanece así, tieso, orgulloso. Di Giovanni
permanece recto, apoyada la espalda en el respaldar. Sobre su cabeza, en una
franja de muralla gris, se mueven piernas de soldados. Saca pecho. ¿Será para
recibir las balas?
— Pelotón, firme. Apunten.
La voz del reo estalla metálica, vibrante:
— ¡Viva la anarquía!
— ¡Fuego!
”Resplandor subitáneo. Un cuerpo recio se ha convertido en
una doblada lámina de papel. Las balas rompen la soga. El cuerpo cae de
cabeza y queda en el pasto verde con las manos tocando las rodillas. Fogonazo
del tiro de gracia.
”Las balas han escrito la última palabra en el cuerpo del
reo. El rostro permanece sereno. Pálido. Los ojos entreabiertos. Un herrero
martillea a los pies del cadáver. Quita los remaches del grillete y de la
barra de hierro. Un médico lo observa. Certifica que el condenado ha muerto.
Un señor, que ha venido de frac y con zapatos de baile, se retira con la
galera en la coronilla. Parece que saliera del cabaret. Otro dice una mala
palabra.
”Veo cuatro muchachos pálidos como muertos y desfigurados
que se muerden los labios; son: Gauna, de La Razón, Álvarez, de Última
Hora, Enrique González Tuñón, de Crítica y Gómez
de El Mundo. Yo estoy como borracho. Pienso en los que se reían.
Pienso que a la entrada de la Penitenciaría debería ponerse un cartel que
rezara:
— Está prohibido reírse.
— Está prohibido concurrir con zapatos de baile”.
Severino Di
Giovanni, anarquista italiano, había nacido en Chiati el 17 de marzo de
1901. Ante el ascenso del fascismo en Italia emigró con su esposa e hijas a
la Argentina en 1923. Estudió magisterio en Ancona y aprendió el oficio de
tipógrafo.
En Argentina trabaja en talleres gráficos como tipógrafo y
linotipista, mientras participa de reuniones anarquistas o grupos
antifascistas. Lee a los clásicos del anarquismo. Escribe primero en
L’Avvenire y luego en 1925 comienza a editar el periódico Culmine. Crea una
biblioteca circulante en su habitación de Morón.
Participa en atentados antifascistas.
Fue fusilado en Buenos Aires el 1° de febrero de 1931.
*He visto morir en: Arlt, Roberto. Obras completas. Buenos Aires : Omeba, 1981.
*Para más información sobre Severino Di Giovanni: Tarcus, Horacio.
Diccionario biográfico de la izquierda argentina; De los anarquistas hasta la
“nueva izquierda” (1870-1976). Buenos Aires : Emecé editores, 2007.
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