Annie Oakley


Annie Oakley, una aliada para jugar



En las vacaciones de verano, durante mi infancia, viajaba a Arrecifes, Provincia de Buenos Aires. Ese mes o dos que compartía con los cuatro primos varones ponía entre paréntesis mis juegos habituales (no sólo con las muñecas, también la construcción de casas de cartón, dibujos, jugar a la pelota) para compartir con ellos el lejano oeste. Cartucheras, revólveres, sombreros de cowboy, andar a caballo, con caballos de verdad, eran el centro de atención de ellos. También las películas y las historietas de vaqueros.
Participaba de los juegos porque no quería quedarme al margen de la diversión, sin embargo ese mundo no terminaba de interesarme, no pertenecía del todo allí y no quería el papel de las damas de esas historias. Hasta que un verano me mostraron una remera color amarillo pálido con la imagen de la protagonista de una serie de televisión: Annie Oakley. No recuerdo muy bien si la remera la habían comprado o fue un regalo de cumpleaños para uno de los chicos, la cuestión es que yo pude usarla mientras permanecí en la casa de mis primos, hasta que tiempo después, me la cedieron.
Me contaron quién era Annie y tal vez vimos algún episodio de la historia por tv, eso tampoco lo recuerdo bien. Pero llevar esa remera me hizo sentir que el lejano oeste también era mí. De todas maneras, aunque me hacía sentir valiente y que podía defenderme mejor, nunca quise herir o matar en las ficciones que construimos. Lo mío era conversar.



                                                          Foto Elisa en los años ‘60

Una vez mi primo mayor, que tenía cámara fotográfica, me sacó una foto que conservo todavía donde luzco la remera y llevo las pistolas de vaquera. Es de los años ’60. Llevo zapatillas Boyero que me compraban en verano, aunque yo prefería las Flecha.

Tantos años después de aquellos juegos, se me ocurrió investigar sobre el personaje y descubrí que Annie Oakley era el seudónimo Pheobe Ann Moses, una legendaria tiradora que vivió en Ohio, EEUU, entre 1860 y 1926, y simpaticé con su vida llena de peripecias.
Según el informe, desde muy joven se dedicó a la cacería para ayudar a sostener a su familia, una madre viuda y siete hermanos, vendiendo la carne a hoteles y restaurantes en Cincinnati.




Foto Annie, la verdadera,  hacia 1880

Cuando sólo tenía quince años le ganó una apuesta a Frank Buttler (1847-1926), un tirador y entrenador de perros, en una competencia  de tiro. Annie no falló ninguno de los 25 tiros posibles, mientras Butler erró en uno (si hubiera sabido todo esto entonces…). Ambos contrajeron matrimonio en 1876 y juntos participaron durante años en el espectáculo de Buffalo Bill, donde se recreaban escenas del viejo oeste a través del país y donde ella era la atracción principal. Su esposo Frank trabajó como su representante. Annie en sus presentaciones usaba las pistolas para rozar un naipe a treinta pasos de distancia, darle a un centavo arrojado al aire o a un cigarro en la boca de su esposo. En 1887 se presentó en Inglaterra y dos años después en otros países europeos. Actuando  ante la Reina Victoria, el Rey Humberto I de Italia y el Káiser alemán Guillermo II, con quien supuestamente a petición propia realizó la prueba del cigarrillo en la boca del soberano.
En 1901 su cuerpo quedó parcialmente paralizado al resultar herida en un choque de trenes, pero se recuperó y continuó ofreciendo espectáculos. En 1913 la pareja se retiró momentáneamente. En la vuelta al escenario compartieron la arena con un perro de nombre Dave, y una de sus hazañas consistía en tirarle a una manzana colocada en la cabeza del animal. En 1917, al acaecer la muerte de Buffalo Bill, Annie le dedicó un sentido discurso. Con sesenta años seguía batiendo récords en concursos de tiro. Su salud declinó en 1925 y murió el 3 de noviembre de 1926 de anemia perniciosa en Greenville, Ohio. Su cuerpo fue cremado. Frank murió dieciocho días más tarde, siendo enterrado junto a las cenizas de su esposa. Algunos señalaron que murió de aflicción. Después de su muerte se descubrió que había gastado toda su fortuna en la familia y en obras de caridad. Numerosos objetos personales, recuerdos, carteles, fotografías y armas de fuego de Annie Oakley se encuentran en exhibición en el Museo Garst  y en el Centro Nacional Annie Oakley en Greenville, Ohio.
Gracias a la leyenda y a la serie de televisión su figura ha sido recordada en la cultura popular, con menciones en películas y series. Como en el episodio de Los Simpsons, cuando la moda western se apodera de la Escuela Primaria de Springfield, Lisa Simpson grita "¡soy Annie Oakley!" sosteniendo dos revólveres, entre muchos otros ejemplos.




Foto Gail Davis como Annie en la serie de tv

La serie se realizó entre 1954 y 1957, y continuó reponiéndose en 1965, así fue cómo pudimos verla en la Argentina. En la ficción la actriz Gael Davis representaba a Annie Oakley  quien montaba un caballo llamado Target. Annie y Tagg, su hermano,  vivían en la ciudad de Diablo, Arizona, con su tío, el Sheriff Lucas MacTavish. En sus aventuras defendían  a los vecinos de los que estaban fuera de la ley.  Annie llevaba ropa de cuero con flecos, y siempre lucía un peinado con el cabello trenzado. La de la televisión fue mi primera versión de Annie y por ella existió la remera de la foto.
Para estos apuntes reuní más información sobre la actriz Gail Davis, que la representó en la televisión, pero su vida se fue opacando y perdió interés para mí cuando descubrí que Annie Oakley había existido de verdad y su figura había sido mi aliada en los juegos del lejano oeste.

Abril, 2020