Aquella revista guardada
Postal Perona 1
Postal Perona 1
Comencé a leer el libro de Alicia Dujovne Ortíz La procesión va por dentro. Una novela sobre los últimos días de Eva Perón, donde Eva monologa, recuerda, piensa, a veces con lucidez otras veces, alucinada.
Por momentos me parece que la autora se nutre del
estereotipo, no sé si seguiré leyendo, veremos. Me interesé por el libro porque me atrae la persona y el
personaje Eva y me gusta cómo escribe Dujovne Ortiz. Sin embargo, el libro ha
sido sólo una excusa para mis propios recuerdos. Lo que me convocó fue la imagen de la tapa.
Una Eva de perfil portando una antorcha, ya conocida por mí. Se trata de la
ilustración que José Cañizares hizo para el número 46 de la revista Mundo
Peronista, del año 1953, en el primer aniversario de la muerte de Evita.
Esa misma imagen la había visto en mi casa familiar en el
ejemplar original de Mundo Peronista. La revista estaba guardada, como
acostada, en el cajón de un mueble del comedor. En esa casa de la infancia los
impresos se cuidaban con prolijidad, hasta el diario tan efímero se preservaba
de las manchas.
Siempre miré la tapa de esa revista, nunca hablamos sobre
ella. Según la historia familiar, fue el único ejemplar de publicación
partidaria que mi padre conservó cuando regresó después de estar detenido en la
comisaría de City Bell, provincia de Buenos Aires, en 1955 cuando la llamada
Revolución Libertadora derrocó al gobierno de Perón. Mi padre había sido
delegado gremial en la empresa donde trabajaba, Transradio Internacional, que
ya no existe porque era una empresa que realizaba las comunicaciones cuando no
existía el satélite.
Parece que al recuperar la libertad se le “sugirió” destruir
todos los libros y revistas que tenían que ver con su militancia peronista.
Todo fue quemado, creo, como sus ilusiones, lo único que sobrevivió fue el
ejemplar número 46 con la imagen de Evita. Vaya a saber por qué quedó como
testigo de una época que decretó el silencio. Mi padre nunca habló del tema, ni
siquiera en familia, no volvió a trabajar en relación de dependencia, se sumió
en una especie de exilio en su propia casa.
Tuvo que pasar el tiempo, la vuelta de Perón y yo una hija
adolescente que quería conocer aquellas historias prohibidas, aquellas palabras
censuradas por decreto. Hoy recupero algo y lo puedo contar. La procesión va
por dentro, como el título de la novela.
Agosto 2019