Antepasados irlandeses
Mi relato familiar de Los que bajaron del Vanguard
Siempre me interesó buscar los orígenes de mis ancestros paternos. Mucho más cuando era joven y necesitaba tener esa información que se silenciaba en la casa familiar o simplemente no se comentaba, nunca sabré del todo, quizá no era trascendente para ellos en esa época.
Sabía del origen irlandés de la
familia, conocía nombres y filiaciones, pero no había ningún relato ni
información precisa.
Por el año 1987, comencé a viajar
más asiduamente a Buenos Aires, por temas de estudio, trabajo, amistades. Un
día caminaba por una calle que en mi recuerdo era Ayacucho, pero no lo puedo
confirmar, vi una librería y entré. Un libro enorme, mecanografiado, Los
irlandeses en la Argentina, de Eduardo Coghlan. Lo abrí, era un
catálogo de nombres, y busqué en la letra B, incrédula, y allí una página decía
Thomas Boland (mi apellido) y sus datos de nacimiento en Irlanda y descendientes
en Argentina, entre ellos mi abuelo. ¡Gran emoción! Por fin un dato cierto.
De paso, no quiero dejar de
agradecer a Coghlan por su inconmensurable tarea de recopilación de todos los
irlandeses que ingresaron al Puerto de Buenos Aires, en una época en que no se
contaba con la ayuda de la tecnología como ocurre hoy.
Mi padre no hacía demasiada
referencia a sus familiares y orígenes. Pocas cosas supe por él mismo, por
ejemplo que mi abuelo hablaba inglés con sus primos cuando llegaban de visita y
que lo hablaba con Matilde, la hija mayor, hasta que murió, y murió muy joven.
Después no habló con nadie más. Mi papá que era muy chico entonces, me decía
que recordaba el sonido de esa lengua que no entendía y me lo reproducía, para
él había sido como un zumbido entre labios; cuando se lo mencioné a Claudia L.,
mi analista desde hace años, dijo “como la música”, en relación a un texto de James Joyce*. Como dije, no
hablaba del tema familiar, sin embargo, pocos días antes de morir y estando
internado, algo dijo y con una convicción inusitada para él, cuando una
enfermera amablemente le preguntó el origen del apellido. Él afirmó con la
fuerza que le quedaba, “irlandés, no inglés, irlandés”.
El gran libro de Coghlan ya no lo
tengo, por eso no puedo verificar la cantidad de páginas que tenía, tiene.
Quizá novecientas páginas, no creo exagerar y un formato cuadrado como una gran
baldosa, con tapas de cartulina color sepia. Inolvidable. Las letras como de máquina
Olivetti, imaginé a Coghlan tipeando cada apellido…
Como dije antes, ya no lo tengo.
El libro era un hallazgo que más tarde muchos quisieron consultar. Cuando todavía
vivía en La Plata y me acerqué a la comunidad irlandesa, otra integrante,
Patricia… no recuerdo ahora su apellido, me lo pidió y se lo presté. Creo que
le gustaba tanto consultarlo que ya no quería devolvérmelo. Fui a buscarlo a su
casa y no atendió a mi llamado, yo sabía que no estaba bien de salud. Al
tiempo, falleció y ya no pude recuperar el libro. De todas maneras, había ya confirmado
lo que necesitaba.
Mi primer contacto con la comunidad
irlandesa fue después de la muerte de mi papá. Mi terapeuta de entonces, Yudith
G., me conectó con otra paciente suya que integraba la comisión allí en La
Plata y fui muy bien recibida. Mi contacto, Buby Slevin, fue como encontrar una tía compinche. Ella me
bautizó Lizzie, como le decían a una tía de ella que también se llamaba Elisa y
quería mucho. Allí volví a encontrar un humor familiar y los ojos de mi padre. Con
ellos participé de los eventos de la comunidad nacional y me integré, gracias a
esos primeros contactos, a la comunidad en la Ciudad de Buenos Aires cuando me
mudé.
Con el tiempo fui reuniendo la información
que tenía más cercana de los familiares. Poco antes de mudarme a Buenos Aires,
me llegó una carta de Santiago Boland, de Bahía Blanca, donde proponía a los
descendientes de los primeros Boland que llegaron al Río de la Plata organizar
la información y reunirnos en lo que él llamó “Festiboland” para celebrar los
150° de la llegada al Río de la Plata, eso fue en 1999.
Como bien dice Santiago en una de
sus publicaciones, asistí a los dos Festiboland que se realizaron, uno en Bahía
Blanca y el otro en Ciudad de Buenos Aires. Y como agrega, en mi carácter de
bisnieta del Thomas Boland, nacido en Thurles, Tipperary, Irlanda y que podría
ser familiar de su antepasado John, según Coghlan.
Fueron muy interesantes esos
encuentros y de gran diversión. Conocí a gente maravillosa con parentescos
lejanos o ninguno, pero que en esos días
nos llenaron de alegría compartida. Con algunos de ellos sigo en contacto y nos
une el afecto. Santiago había trabajado mucho para esa celebración, para que
nos sintiéramos felices del encuentro y para promover las próximas investigaciones,
por supuesto él con mayor perseverancia que el resto de nosotros, porque el
tema le atraía especialmente.
En mi caso, junto a etapas de
búsqueda y alegría por algunos descubrimientos convivían otras etapas de
distanciamiento. Si pienso en mis comienzos, las búsquedas eran más trabajosas,
todo “tracción a sangre”. Visitar alguna parroquia, alguna iglesia o
cementerio. Todavía tengo presente la compañía de Mary Deane, otra descendiente
de irlandeses, encargada de la parroquia de Arrecifes, y su ayuda para revisar
libros del siglo XIX, donde se anotaban los eventos familiares de los
habitantes de la zona. Intercambios de cartas, algún mail o llamado telefónico.
Años después, la tecnología
facilitó las gestiones, pero los avances tecnológicos no coinciden con los
tiempos internos de querer saber y con los contextos que vamos atravesando.
Pérdidas familiares, problemas que resolver, en fin, la vida y sentimientos que
van señalando las prioridades.
No recuerdo el año exactamente,
seguro ya había pasado el primer Festiboland del año 99, por actividades y
personas que recuerdo de esa época. Una noche recibí el llamado de Daphne
Spantom, una señora mayor, que vivía en la Ciudad de Buenos Aires, a quien no conocía.
Por esos años yo hacía reseñas de libros para niños, por mi actividad en la
Asociación de Literatura Infantil y Juvenil (Alija) para el diario La Nación.
Daphne vio mi nombre y recordó que siendo ella muy chica había conocido a una
mujer que se llamaba como yo, pero que había nacido en 1866 y era hija de
William Boland, según sus registros, uno de los que vinieron de Irlanda. (Aún
hoy desconocemos el nombre de la madre, sólo sabemos que creció con la familia
Pirán en Magdalena).
Yo no contaba con información
fehaciente para observar un vínculo entre nosotras. Podemos tener mucha
información, pero se necesita contar con algún dato revelador para poder hacer
el cruce y verificarlo. Eso lo fui aprendiendo con el tiempo. Nos apenó de
algún modo no encontrar cuál era nuestro parentesco.
Daphne me entregó copias de sus
anotaciones a mano en hojas tamaño oficio y grandes letras manuscritas y hace
unos años las volqué en la computadora. Por eso también estuvo en suspenso la
información que me pasó. Sé que con ella también conversó Santiago e
intercambiaron información y a su casa también fui con Gervasia y Sandra
Vilgré, descendientes de John, la misma
rama que Santiago, para que me ayudaran a analizar los datos.
Desde aquel momento, continué mi
vínculo con la comunidad, colaboré con The Southern Cross, en compañía de
Teresa Deane Reddy, Inés Herrero y Carlos Lennon y también me alejé. En 2018 supe de un grupo de
integrantes de la comunidad, más afín a mis intereses, “Irlandeses Nac&Pop”, y me
sumé. Así fue cómo, en la última reunión que compartimos, conocí a María
Cecilia Mendoza Ferrero. Me contó sobre la página “Los que bajaron del
Vanguard”, iniciativa de Santiago Boland, donde se sumaban esfuerzos para la
investigación y de sus hallazgos familiares. Me pareció una idea excelente la de
hacer de esa llegada de irlandeses algo colectivo, donde se buscara información
sobre los que viajaron en el mismo barco y llegaron juntos a la Argentina.
María Cecilia Mendoza Ferrero me
facilitó herramientas de búsqueda, ella misma me acercó datos y así recuperé el
entusiasmo de las búsquedas nuevamente.
Gracias a estos nuevos rastreos con
su ayuda armamos la hipótesis de que Thomas Boland que llegó en el Vanguard en
1849, nacido en Irlanda en 1836, según Coghlan, y que contaba en ese momento
con 13 años podría ser el hijo, sin nombrar en el registro, de Edward Boland,
otro de los que llegaron y del que disponíamos de información suelta. De Edward
y de su esposa Elizabeth, de la que ahora sabemos su apellido O´Brien, pudimos
comprobar el vínculo entre sí y que fueron padres de José y Eduardo, una vez afincados
aquí en Argentina (según Actas de Bautismo).1
Por las listas del Vanguard
publicadas por Santiago Boland y los listados de los que ingresaron al Puerto
de Buenos Aires aquel julio de 1849, pudimos comprobar lo que Coghlan
mencionaba en su libro. Allí consta que Edward Boland y Elizabeth, su esposa y
un niño, “Wife Edward y With a child”. Pensamos niño innombrado sería Thomas, mi bisabuelo, que
en ese momento contaba con 13 años, nunca antes había calculado su edad, aun
teniendo fecha de nacimiento en Irlanda, 1836. Con ellos también figuran los
nombres de John Boland (1818), de quien desciende Santiago y William (1827).
Quienes serían hermanos entre sí, según investigaciones de Santiago Boland de
los últimos años: “corroboré en las fuentes que el Vanguard trajo cuatro Boland
adultos y un niño: John Boland, mi bisabuelo, sus hermanos Williams y Edward,
la esposa de este, Elizabeth y el hijo de ambos. Abuela Margaret Moran llegó el
17 de febrero de 1850, a bordo del bergantín Libra.” (Para más información ver
su Blog http://vanguard-23-07-1849.blogspot.com/)
Como opina María Cecilia, todo
indica que hay un alto porcentaje de que ese niño sin nombrar, hijo de Edward y
Elizabeth, sea Thomas, mi bisabuelo, pero para terminar de corroborarlo
necesitamos ver más documentos. El que sería relevante y no hemos podido
consultar por internet, es el Acta de Matrimonio del propio Thomas, casado en
Quilmes en 1859 con Kathleen o Catalina
Garrahan, también nacida en Irlanda, en 1835. Allí, como en todas las actas de
matrimonio figura el nombre de los padres, con lo cual comprobaríamos si nuestras
ideas son ciertas, pero eso será cuando finalice el aislamiento y podamos
trasladarnos a la ciudad de Quilmes. (Otra búsqueda que me interesa es sobre Catalina la esposa, mi bisabuela, de la que no tengo más datos y la misma Acta
podría aportar el nombre de sus padres).
Si fuera como estamos pensando,
se abren caminos más claros, al menos para mí, de cómo son las filiaciones.
Repaso: De John Boland, luego
casado con Margaret Moran, desciende Santiago Boland. De William, el padre de
mi tocaya Elisa, supimos que tenía tres hermanas que llegaron un año más tarde,
en 1850, en el Bergantín Libra, Alice casada con Mac Grath, Mary casada con
Doyle y Margaret casada con Kehoe (según testimonios de Daphne que pude
reinterpretar), donde también viajó la futura esposa de John. De Alice, descendía Daphne Spantom de Pucci (era
su bisabuela). En mi caso, sé que
desciendo de Thomas Boland (era mi bisabuelo)2 y, de comprobarse que era hijo
de Edward Boland, casado con Elizabeth O’Brien, habremos hallado a mis
tatarabuelos Edward Boland y Elizabeth O’Brien , y mi parentesco con los demás
descendientes.
Notas
*En: Romana Paci, Francesca. James Joyce, vida y obra. Nexos. “Que padre Dante me perdone, pero yo he arrancado de esta técnica de la
deformación para alcanzar una armonía que vence nuestra inteligencia, como la
música. ¿Os habéis detenido junto a un río que fluye? ¿Seríais capaces de dar
valores musicales y notas exactas a aquel fluir que os llena los oídos y os
adormece de felicidad?”
1- María Cecilia Mendoza Ferrero posteó luego de los
descubrimientos:
“Hacer genealogía en tiempos de
Internet es como tener un cofre lleno de tesoros a nuestra disposición. Los
únicos obstáculos que se presentan son la impaciencia y la falta de método.
Gracias a www.familysearch.org, a un buen programa de gestión de
árboles genealógicos y a la incontable cantidad de webs y blogs dedicados a la
diáspora irlandesa, pude llegar a algunas certezas y plantear nuevos
interrogantes sobre mi origen.
Cuando logramos el contacto con
una nueva o nuevo descendiente de los pasajeros del Vanguard se producen
descubrimientos de documentos inéditos y se reinterpreta información que ya
teníamos. Las charlas de los últimos días con Elisa Boland han sido muy enriquecedoras
y entre otras cosas ella trajo a cuento una referencia dada por Julia Mc Inerny
sobre las memorias de su bisabuelo Edward Robbins. Las busqué en el libro de
Murray "Devenir irlandés" que ya hemos transitado en este espacio.
Siempre resulta oportuno ejercitar la memoria para no olvidar nunca la tragedia
vivida por el pueblo irlandés y el padecimiento de las familias concretas
(nuestras viejas familias), cuando alguien dijo, como Edward, "comencé a
pensar en dejar Irlanda".
“¡Noticias de los pasajeros del
Vanguard! Como es sabido, la búsqueda de los descendientes de los pasajeros del
Vanguard fue una iniciativa de Santiago Boland, descendiente directo de John
Boland (Ver su Blog http://vanguard-23-07-1849.blogspot.com/). Con John
vinieron otros Boland que se presumen sus hermanos, William y Edward, este
último con su esposa Elizabeth (no se consigna apellido de soltera) y su
innominado hijo ("with a child"). Pues bien, según parece estamos
corroborando la hipótesis de que ese niño fue Thomas Boland, bisabuelo de mi
amiga Elisa Boland! Thomas más tarde se casó con la irlandesa Catalina Garrahan
con quien tuvo varios hijos. Aquí se muestra el acta de bautismo de uno de
ellos, Tomás, en 1861 en Chascomús. Bienvenida Elisa! Agosto 29/2020”
2- Ésta es mi línea
confirmada: Thomas Boland Condado de Tipperary, Irlanda, 1836. Según libro de Coghlan llegó al Plata el 23 de
julio de 1849 a bordo del Vanguard, procedente de Dublín. Censado en Salto,
Pcia. BsAs, 1869. Muere en Quilmes, Pcia.BsAs, 30/3/1903 (Cementerio de Quilmes
ahora corresponde a Ezpeleta). Casado alrededor de 1859 con Kathleen Garrahan
nacida en Condado de Longford, Irlanda, 1835 Muere en Buenos Aires 11/8/1925.
Padres de:
Tomás Boland y Garrahan nació el 28/10/1861 en Lobos, Pcia.
BsAs, Bautizado el 7/12/1861en la
Iglesia de Nuestra Señora de la Merced, Chascomús, PBsAs, 7/12/61. Residió en
San Andrés de Giles, San Antonio de Areco, Carmen de Areco y en el Sur de
Buenos Aires hasta 1920. Muere el 28/10/1936 en Villa Elisa.
Casado en 1ras. Nupcias con Francisca Villegas nacida en 1876 en Buenos
Aires + en Quilmes en 1897. Censados en Quilmes en 1895.
Casado en 2das. Nupcias el 7/3/1900 en Quilmes (Partido) con María Ana Mac
Britton e Issel , n. Quilmes 1877 vivía en el Cuartel Sexto (Villa Elisa),
+Villa Elisa 2/8/1948, hija de Michael o Miguel MacBritton (Irlanda,
1831-Cañuelas,1891) y de Carolina Issel (Hamburgh, 1842-Gral. Rodríguez, Prov.
BsAs, 1919). Padres de 11 hijos, entre ellos mi padre:
Martín Antonio Boland y Mac
Britton Villa Elisa,
11.1.1914+La Plata, 14.2.1991. Casado con Elisa Angela Bogoni y Zanoni en 1951.
Nacida en City Bell 11.12.1923+Villa Elisa, 18.11.2016.
Padres de:
-Elisa Boland y Bogoni nacida en
Arrecifes, 25.6.1957 (27 en los documentos), vive en Ciudad de Buenos Aires,
casada con Héctor Horacio Zablajáuregui y Marchelli, América, Pcia. de Buenos
Aires, 10.5.1955. Residen en Ciudad de Buenos aires.
-Martín Mario Boland y Bogoni nacido en Arrecifes, 8.11.1959. Reside en
Villa Elisa.
*Ahora me encuentro ordenando los
datos de los hermanos de mi abuelo y los hijos y por tanto primos de mi padre.
Uno de ellos, Santiago Boland y Ryle a quien conocimos y vivía en Berisso Pcia.
de Buenos Aires, donde actualmente residen los descendientes.