Sueños I
Reconstrucción precaria 1
Anoche, por primera vez en la pandemia, tuve un sueño agradable y
no una pesadilla. En ese sueño observaba una maqueta de orquesta de cortas
dimensiones, con instrumentos construidos en madera, sobre una plataforma,
también de madera, muy artesanalmente hecha, del tamaño de una baldosa de
cuarenta por cuarenta centímetros… pero sonaba muy bien, como una cajita de
música, por el volumen, pero mejor, menos ingenua, con un sonido más parecido a
los instrumentos de verdad, aunque eran pequeñas piezas que golpeaban
suavemente la madera, madera con madera y sin embargo era música. Sonaba como
Pugliese o Fresedo. Pero no había músicos, eran sólo los instrumentos.
Yo miraba atentamente, hacía mucho que no veía algo así tan bello y tan simple.
Mientras yo miraba, a mi lado Lucrecia Martel contaba a un
grupo de personas que esa orquesta se la había fabricado su papá cuando era una
niña, eso alcanzaba a escuchar, de costado y luego, oía detalles más técnicos
que explicaban el funcionamiento, pero eran un murmullo que no alcanzaba a
entender.
Igual seguía mirando atentamente la maqueta…hasta que unos
golpes a la puerta me sacaron del plácido momento y de saber más sobre cómo se
producían esos leves movimientos mecánicos que resultaban en música…tuve que levantarme,
era el muchacho para desinfectar la casa.