DEJAR SU TIERRA
Entrevista a Julia Bowland
para The Southern Cross, Marzo de 2006
por Elisa Boland
Julia Bowland, periodista, locutora, docente. Conocedora del oficio de radio y dueña de una de las voces más bellas del medio. Su profundidad en el tratamiento de los temas la llevó a crear
y conducir programas tan recordados como Chic- chac y El rincón de los chicos; Domingo tempranísimo hasta llegar a Contando diarios o La ventana.
Hoy podemos seguirla a través de su participación en el programa Palabras Cruzadas, con Diego Valenzuela y Orlando Barone, los jueves por Radio Continental.
En este encuentro, entre plantas, libros y una gata que nos observa, hablamos con ella de su país de nacimiento, Bolivia, y de sus ancestros irlandeses...
-Contanos dónde naciste y cuándo llegaste a la Argentina.
Nací en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, pero me trajeron a la Argentina cuando tenía seis meses. Toda mi familia, tanto por parte de mi padre como de mi madre son de Santa Cruz. Es más, la única que vive acá soy yo.
La política siempre ha sido agitada y muchas veces violenta en Bolivia, mi padre era un político, así es que después de un golpe militar, mi padre escapó a la Argentina, cuando yo tenía un mes y medio. Meses después lo siguió mi mamá. Fue un exilio muy duro porque llegaron “con lo puesto” y empezaron de cero. Es una historia de película que entre otras cosas habla del coraje de mi madre que cruzó a la Argentina escapando a pie, sin documentos. Se los habían quitado y estaba detenida en un hotelito de frontera, en Yacuiba. Después de cruzar la frontera a pie, por donde se hacía el contrabando del caucho en esa época, se reunió con mi papá y, los primeros meses, vivieron en una modesta pensión en la Avda. de Mayo.
-¿Por qué Bowland y no Boland? ¿De dónde viene esa modificación en el apellido?
La modificación surgió cuando empecé a trabajar en Radio. Cuando era chica me molestaba que me dijeran “Bolán” o cualquier cosa parecida y mal pronunciada, decidí entonces que mi nombre “artístico” sería más claro fonéticamente y le agregué una W. Eso no impidió que muchos me dijeran Gowland, por ejemplo, pero nunca más Bolán. Lo curioso es que cuando estuve en Australia y conocí a Uncle Jack, primo de mi padre, que investigó y recopiló información sobre los ancestros familiares… él me contó que en muchas generaciones anteriores, parece que el apellido tenía esa W y vaya a saber por qué se perdió. Yo no lo podía creer…
-¿Qué representa hoy para vos Bolivia como país y cuándo comenzaste a sentirte una argentina o adoptaste la Argentina como tu lugar?
En Bolivia tengo mis raíces directas, mis tíos, mis primos, toda la familia que es muy numerosa…En mi casa mis padres no perdieron el acento cruceño nunca y yo de chiquita hablaba así también. Recuerdo que era una mezcla de acentos que dependía de con quién hablara. Era automático, inconsciente… Como por contagio o mimetización con el que hablaba. Creo que el quiebre se produjo cuando empecé el colegio y tomé la decición de hablar como “argentina”. Fue un momento importante, como una opción, y eso que era muy chica… Después esa decisión se formalizó a los 18 años cuando tomé la nacionalidad argentina, con el apoyo total de mis padres. Yo pude conocer Bolivia recién a los 17 años, fue el regalo cuando me recibí de maestra.
-¿Existe una comunidad irlandesa en Santa Cruz de la Sierra u otro lugar del país o el nexo con lo irlandés es sólo a través de tu familia?
No existe una comunidad irlandesa en Santa Cruz. La relación empezó con mi familia, dos primas: Martha y Marilyn, vinieron para una reunión del clan Boland (al que ambas, vos Elisa y yo pertenecemos) en Buenos Aires. Se habían enterado por mí. Yo les mandé la información pero nunca imaginé que vendrían… Tiempo después, inspirados en lo que vieron acá, organizaron una reunión del clan, allá. Por supuesto es la familia que desciende de mi abuelo Patrick Boland. Repiten el encuentro cada dos años, se juntan más de trescientos!!. Lo hacen con todo…remeras con el árbol genealógico en la espalda, souvenirs, banderitas de Irlanda…de todo!! A mí me tienen en cuenta y me mandan todo, incluidas la fotos del festejo que dura todo el día con “churrasco” como le llaman allá al asado
-¿Cuándo llegan tus antepasados irlandeses a América y exactamente adónde y desde dónde?
En realidad llegan primero a Australia. Mi bisabuelo, Mathew Boland, nacido en Kings County, Cloghan, Irlanda, llegó a Australia en el “Light Brigade”, alrededor de 1875. Mi abuelo Patrick, el menor de sus hijos nacido en Amaroo, Australia, parte a EEUU primero, luego pasa por Argentina y llega finalmente a Santa Cruz, Bolivia, en la primera década del siglo xx.
-¿A qué se dedicaba tu abuelo?
Mi abuelo había estudiado mecánica, en esa época era el comienzo y auge de los motores. Tengo entendido que llegó acompañando un auto de los que recién empezaban a llegar en América del Sur. Una vez afincado instaló una fábrica de hielo: “La Maestranza”. Según he leído en algún libro de la historia de Santa Cruz, la primera fábrica de hielo en Bolivia. Como Santa Cruz, tiene clima tropical, es un lugar muy cálido, le fue más que bien!! El anecdotario familiar cuenta que la gente le pedía hielo “aunque fuera caliente”… (recién hecho) Pensemos que nunca habían tenido idea de lo que era el hielo, antes de esta fábrica…
-¿Podrías decir que tu padre, como descendiente de irlandeses, mantenía rasgos típicos?
Sí, por supuesto, por los ojos verdes, sus bigotes rubios y sobre todo por el gusto por la cerveza!!
Tanto mi padre como mis tíos varones, tenían mucho humor y fama de bromistas. Les encantaban las reuniones y las fiestas, sobre todo si estaban regadas por abundante cerveza!!!
-Por la actividad de tu padre sabemos que siempre estuviste al corriente de las cuestiones políticas que atravesaba Bolivia... sería muy interesante que nos contaras sobre su actividad política que mencionaste antes y sobre aquel país en el que a él le tocó desenvolverse.
La imagen que tengo de cuando era chica, es que la política boliviana era “peligrosa”. Le costó la vida a personas muy cercanas a mi padre y él se salvó “raspando”…
Mi padre se comprometió desde muy joven. A los 18 años se enroló como voluntario y fue a la guerra del Chaco, con Paraguay. Lo dieron por muerto y le hicieron homenajes. Él se divertía viendo los recortes de esa época que yo guardo todavía. Como excombatiente del Chaco, conservo la medalla y el diploma.
Fundó con un amigo un partido político regional, que se sumó a un movimiento nacional. Llegó a ser diputado y Prefecto Interino (Intendente) de Santa Cruz. Ya en el exilio, la oposición a que participara en política otra vez, venía de mi madre, escarmentada por todo lo que había pasado…
Aquí terminó sus días como visitador médico. Siempre trabajó por la integración cultural. Gestionó, por ejemplo que le pusieran “Batalla del Pari” a una calle de Buenos Aires que cruzaba con Warnes, un héroe de Santa Cruz, y lo logró.
-¿Cómo ves vos ahora la situación ante un nuevo gobierno?
Hoy las cosas han cambiado bastante… aunque vemos que la democracia todavía parece ser muy frágil, la crisis de los partidos políticos tradicionales es muy grande… Acaba de asumir un líder campesino, Evo Morales, con una mayoría impresionante, que no pertenece a los partidos tradicionales.
Deseo profundamente que pueda hacer algo para mejorar las condiciones de vida de tanta gente que ha sido y sigue estando postergada desde hace siglos.
-Ultima pregunta, un pedido: ¿qué dirías como expresión de deseos para este año 2006, para Bolivia y para la Argentina?
Mi deseo es que las poblaciones más pobres sean tenidas en cuenta, que haya trabajo en condiciones dignas en nuestros países para todos, también para los sectores medios, empobrecidos en los últimos años. Que la gente no necesite irse de su tierra para buscar una oportunidad que en su lugar no tiene. Esto vale también para los científicos y profesionales muy capacitados que también han estado emigrando desde hace ya bastante tiempo de la Argentina.
The Southern Cross, Año 131- N° 5910, Buenos Aires, Marzo de 2006.